martes, 31 de marzo de 2009

Cedí, Sedado, Sed



Me he mirado al espejo Y vi mi brazo extendido

También vi que el bisturí amenazaba con comenzar la incisión…

Fue en ese mismo instante por algo que aun no entiendo bien

Que mi mano, que era más que mi mano mi compañera

Aquella la siniestra me traiciono e hizo que su eterna enemiga emanara

Desde su parte más alejada de la muñeca, pero tampoco cercana al codo

Un líquido tibio y rojo que no supe encasillar en un vocablo

Fue en aquel mismo instante cuando luego de ver mi cara empalidecida

Me desplome sin saber nada más que al lugar que fui a parar,

Sin mi consentimiento y sin poder de resistencia.

Ya estando repuesto por completo y con la capacidad de analizar la situación

Descubrí que mis conocimientos de medicina no son tan vagos

O quizás a lo menos he sabido que estoy sedado, con antidepresivos

Y lo más cercano a una incipiente sobredosis.

Cojín


Muchas veces he caído

Pero nunca he mirado el suelo tan de cerca

Esta vez mi caída fue muy distinta

Mis manos no se encontraban cerca

Mis rodillas parecían ser de hilo

Y mi cara, mi cara recibió la bofetada más brutal.

No es demasiado importante contar el motivo de la caída

Y de hecho no sé si lo hubo

Confórmense con saber que el suelo

Fue mi lecho gris húmedo y pantanoso.

Aquel instante fue eterno

El frio del pavimento en pugna con mi cálida sangre

Finalmente el hielo triunfo,

Me entumecí por completo y dormí así

Sin más almohadas que mi pómulo y mejilla

Pero descubrí que no hay mejor cojín que un ojo inflamado.