martes, 31 de marzo de 2009

Cojín


Muchas veces he caído

Pero nunca he mirado el suelo tan de cerca

Esta vez mi caída fue muy distinta

Mis manos no se encontraban cerca

Mis rodillas parecían ser de hilo

Y mi cara, mi cara recibió la bofetada más brutal.

No es demasiado importante contar el motivo de la caída

Y de hecho no sé si lo hubo

Confórmense con saber que el suelo

Fue mi lecho gris húmedo y pantanoso.

Aquel instante fue eterno

El frio del pavimento en pugna con mi cálida sangre

Finalmente el hielo triunfo,

Me entumecí por completo y dormí así

Sin más almohadas que mi pómulo y mejilla

Pero descubrí que no hay mejor cojín que un ojo inflamado.

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